En estos días de principios de junio, estamos viendo nuevamente alguna mariposa volando entre las plantas del patio.
Es curioso ver los diferentes insectos que nos aparecen continuamente en el patio, y algunos nos hacen reflexionar acerca de nuestra actuación en el medio natural.
Esta mariposa es la que con mas frecuencia vemos en el patio; se trata de la Cacyreus marshalli (Butler, 1898) plaga exótica que afecta esencialmente a los geranios de jardinería y que por fortuna no parece afectar a los geranios autóctonos.
Esta mariposa tiene una oruga barrenadora que devora los tallos y hojas de los geranios por su interior, esto protege a la oruga de los insecticidas, además al ser una especie invasora sudafricana carece de parásitos que la controlen aunque parece que ya se ha encontrado algún himenóptero que ataca a esta especie.
La historia es paradigmática de la globalización: en 1988, en Mallorca se detecta por primera vez en nuestro continente esta mariposa que llegó junto con geranios ornamentales importados desde Sudáfrica, en 1991 ya se encontró en Bruselas, hoy se extiende por toda Europa.
A mi, me parece un animalito precioso, que no está aquí por expansión natural si no por la acción humana, como tantas otras especies exóticas invasoras, esta mariposa por lo menos no ha afectado de forma grave a nuestras especies de geraniáceas, afecta a los geranios exóticos que se siguen trayendo desde las lejanas tierras de Sudáfrica y que tantos disgustos genera a las personas que los cultivan.
Nosotros al mudarnos compramos algún geranio y estas mariposas se los merendaron en pocos días. No hemos vuelto a comprar geranios, pero entre nuestros vecinos hay personas que deben seguir teniéndolos puesto que las generaciones de la Cacyreus se suceden sin tregua.
Otra mariposa que hemos visto hoy es esta preciosa hembra de Pieris rapae (Linnaeus, 1758), la conocida Blanquita de la col, esta mariposa si que pertenece a nuestra fauna autóctona y nos alegra con sus revoloteos durante todo el año, por lo menos en el Levante ibérico que es donde vivimos.
Esta mariposa afecta en especial a crucíferas y en ciertas condiciones puede suponer una plaga, lo que no es muy habitual.
El mismo ejemplar mostrándonos el reverso de sus alas, esta foto es de Eva
Es frecuente confundirla con su prima hermana la Pieris brassicae (Linnaeus, 1758) también conocida como Blanca de la col, bastante mas grande y con claras diferencias en los puntos de la alas y en sus orugas.
Y ¿Que hace desde hace un par de días esta mariposa en nuestro patio?...
Pues poner sus diminutos huevos en el envés de las hojas de las diferentes plantas del macetohuerto de Eva
Estos huevos son diminutos no superarán el milímetro, además al ponerlos en el envés, dificulta aún más su localización, pero Eva ha visto como la mariposa incurvaba de forma característica su abdomen mientras permanecía quieta durante unos instantes y cuando se ha ido se ha acercado para ver que había pasado y se ha encontrado con este regalo.
Creo que no hace falta que diga que nosotros no utilizamos ningún tipo de insecticida, para alegría de los diferentes parásitos de nuestras plantas, cuando los vemos, los fotografiamos, como deja en clara evidencia este blog.
El huevo de la Pieris rapae con mayor ampliación.
Si encuentro las orugas, les haré el correspondiente reportaje fotográfico, seguro.
Por último y aunque no pertenece a la fauna del patio, no me voy a resistir a incluir una tercera mariposa que fotografíe ayer pero no en el patio.
Ayer día 1 de junio, nos acercamos a Navarrés para intentar fotografiar una Charaxes jasius (Linnaeus, 1767) en la casa de un conocido de Eva que tiene un huerto y en un níspero que tiene pudo fotografiar un precioso ejemplar libando de un fruto picado por los pájaros, este le preguntó a Eva si sabía que mariposa era y de esta anécdota surgió una invitación para ir a ver si había suerte.
Suerte que no hubo, por cierto.
Pero si que nos encontramos con otra mariposa preciosa, una Leptotes pirithous (Linnaeus, 1767)
Esta mariposa es de la misma familia que la Cacyreus de la que antes hablé, pero a diferencia de esta última, esta es una migradora subsahariana que alcanza de forma regular nuestras tierras, se discute si está ya asentada entre nosotros o se renueva con individuos migrantes desde el norte de África.
Esta dispersión es natural, sin influencia humana.
Es impresionante ver un insecto que no pesará un gramo y saber que puede haber cruzado el Mediterráneo en su movimiento migratorio.
Los individuos que nos llegan desde el norte de África, se reproducen y presentan varias generaciones, hasta que el frío del invierno pone fin a este ciclo. Es probable que con el aumento de temperaturas que estamos presenciando puedan, si no lo hacen ya, superar la pausa invernal y establecerse como residentes.
Parece que en algunos puntos del Mediterráneo ya ha pasado esto por lo que he leído.
Yo tuve la fortuna de verla y de fotografiarla en 2013 en un viaje que realicé a The Gambia
Con esto os dejo para otro día
Saludos y espero que no os hayáis aburrido mucho